Ni se os ocurra hacerles la comidita, ni plancharles, ni limpiarles la mierda, ni acariciarles el culo para q se duerman, ni soportar las interminables tardes de domingo, porque os lo agradecerán siempre de la misma forma. Llendose detras de cualquier otro par de tetas, y dandoos una soberana patada en el culo. Amén.